jueves, 14 de agosto de 2008

viernes, 7 de septiembre de 2007


Bueno y llego el 18 de Septiembre, y no sólo llego el cumpleaños de Chile, como me lo dice mi Jorge chico de 7 años,... sino también el 18 de Mariano..... si nuestro querido y queridisimo hermano Mariano, el rutero le llamamos ahora, ya que de camionero pinta para derecha y no calza por esos lados....... yo se que cumple años....... de relaciones de pareja no sé................de edad tampoco lo se................supongo qu euno menos que Jorge, algo menos que tres de mi y cuatro de Juan, la cosa que este "18", nuestro querido hermano "caña...fiel" así le decian en Ovalle, cuando corria el tinto y sus copas, pero ahora no, por sus pasos por Serena, le pusimos "el canario", pero ese pájaro dejo de cantar, y ahi lo tienen de rutero del norte, ahora es corre camino de Antofa al Norte, mi hermano Mariano, el Papá Mariano, El Abuelo Mariano, el Tio Mariano, como se los describo,.... amigo de todos, compadre hasta morir.... lacho... no........ eso es de familia.............., amante de las mujeres y el vino...., es decir amante por que de lecho le gustan las feminas y "el vino", es por que el vino... de caminar de ir siempre a donde hacer feliz a las personas, siempre alegre, lleno de optimismo, en verdad es uno de mis hermanos a cien... o bakna hoy en dia,.... buen jaranero cuando hay que estar, bien lloron cuando nos pasamos de copas..... "y sigo siendo el Rey............." cantaba de amenecida por calle Socos en Ovalle, y los vecinos diciendo quien serà el concha e...............!, pero ahora no...........cambio Mariano, ahora sigue siendo el rey del camino...., en Antofagasta Norte encontro su destino...., hasta folklorico se puso....... y lo que más le gusta es que "no hay primera sin segunda"... huiffa aya yay .....!, viva le 18 de septiembre y que nuestro hermano Dios le de vida y salud para rato, es nuestro cuempleaños de Chile y de "Mariano Antonio", el rurto del Norte... .

viernes, 17 de agosto de 2007

El Mentaito Jaime!

Me recuerdo que a él, nuestro abuelo Manuel le gustaba hablar del tema, por que era su ego, a él creo que así alguna vez lo llamaron, pero siempre me hablaba, cuando chico, del mentaito "Jaime", me acordé, así, de repente, me dije de que escribo, y salio de mi mente no se de que rincón, pero salió, y me acordé de la frase, estoy escuchando los Jaivas, que crecieron conmigo en esa vieja casona, la casa grande...., ah, y para dar un paseito andabamos en esta "joyita", cuantos caminos y caminos no recorrió mi abuelo los fines de semana, conocí en ella todos los valles del Limarí, eso sí que a Don Manuel había que ayudarle en cada pueblo a descargar y cargar sus maletitas de madera, cada uno con sus diferentes artículos, dependiendo del negocio que entrara, y tenerle a la mano sus cuadernos de quinientas hojas, donde llevaba su control de ventas, con calco para la copia del almacenero del pueblo que visitabamos, y na de hecharse los fajos de billetes de mil y quinientos pesos al bolsillo, no........, debajo de los asientos de la Ford..., en los rincones de las puertas, pero nada "encima", precavido el hombre...., me acuerdo de Carachilla, Monte patrioa, El Palqui, Huatulame., El Tome, San lorenzo, San Marcos, Cogotí, Juntas, Rapel, Pedregal, y por el otro litro .... Recoleta, Samo ALto, Pichasca, Serón y Rio Hurtado, y así subiendo y bajando cerros, Sábado y Domingo, arriba de la "Burrita", y era de verdad, como dice el tema de Serrat, "caminante no hay camino, se hace camino al andar", cuantas historias escribió nuestro Abuelo Manuel detrás del volante de su fiel Ford A. , y además cuantas maldades habrá hecho en el camino, por que putas que era faldero...., y eso a traido un problema a nivel generacional, que ninguno tire la primera piedra si hasta en la sala cuna ya estan mirando para el lado...... No me saldré más del tema, solo quiero traerles a la memoría este viejo Ford A, que tantas historias nos dejo en nuestras vidas, quer al final por dos peniques la vendieron, ese chiste si me dolió bastante, es como el chiste de aquel aventurero que se metio en el corazón del africa, encontró una manada de leones hambrientos y para salir del paso en vez de un rifle, sacó un violin y con su música apaciguo a los leones, todos echados a su alrededor, sumisos mientras tocaba y tocaba, hasta que llego otro león tan hambriento como los demás y en tres tiempo atacó y se comió al violonista, y los demás leones dijeron al unisono "quien diablos invito al sordo a la fiesta"........así termino la vida de nuestra querida "burrita", estaba paradita, con todo para echarla a correr, pero más pudieron las chauchas que cayeron a la sensatez de ser visionarios al respecto, no me pregunten quiíen fue el de tan vejatoria idea, que lo único que me queda hasta hoy es una cicatriz en mi brazo cuando al enterarme en Ovalle de tal barabaridad rompi cada vidrio de la galería que existia hacia el patio de la casa grande, de pura impotencia y rabia, creo que de ahi ya se acabó mi casa, me despojaron de parte de mi historia por dos chauchas y un penique, para los de hoy son como dos monedas de peso y una de cinco...., pero si me quedan todos estos recuerdos, vivitos con mi Abuelo Manuel detrás del volante, y yo a su lado, explicandome los detalles de los caminos, las famosa "calaminas de la ruta", los litres y su sombra, ahí ibamos rumbo a los valles con el "Mentaito jaime" y su fiel burrita, ah, y su mecánico, creo que "don Omar" se llamaba, en calle Antofagasta quedaba, a su tallerla llebavamos para ponerla a punto... de regreso a casa mi Abuela Berta me interrogaba si el Abuelo estuvo todo el rato conmigo en el taller o se "habia desviado a calle Tangue", o me había dejado sólo con "don Omar y el auto", tenia sus sospechas la señora de su marido, no vaya a ser que se hechara su canita mientras arreglaban el auto...., y quizás por eso el Abuelo me llevaba siempre al mecanico, pero puchas que aprendí harto de culatas, bielas, carburador etc....., pero si doy fé, siempre estuvo ahí, se portaba bien el caballero, con su boina bien puesta y cuidando cada peso, le tenia paciencia este "Omar", pero que mi Abuelo se las traía ... se las traía, pero como dije no es el tema por momento, solo recordarle que en esa burrita me recorrí los valles del Limarí, conoci con mi abuelo cada rincón de Cordillera a Mar, erá el amo y señor de los pueblos que visitabamos, "Llego Don Jaime... decia la gente", a, eso sí se iba lleno y llegaba lleno, siempre traia surtidos para el negocio, los trompos de Sotaquí, los mates, el comino. el anís, ah tanta vida que me dio mi abuelo...... y aqui estoy ahora, como el "Mentaito Jaime", "al agueti de cualquier negocio que salga...... algo de vena quedará de comercio... habrá que buscarla y seguir la tradición...

martes, 14 de agosto de 2007

La abuela Bertha a los diez años


Esta es quizás una de las fotos más antiguas de un miembro de nuestra familia. Bertha Elvira nació en Vallenar en 1895. La foto es un detalle de otra mayor que luego publicaremos, donde aparece sentada a su lado la Tía Ventura y Rosalía, una joven que fue criada de niña por esta tía y otra de nombre Felisa. Ambas criaron también a quien fue nuestra abuela y con ella partieron a Ovalle después que el terremoto de 1922 asolara Vallenar.
Podemos recordar que de niños la abuela Bertha nos contaba de su vida infantil. La casa de sus padres y la de sus tías estaban comunicada interiormente por los patios, grandes y con árboles. Por ello fue muy natural que Bertha Elvira tuviese su dormitorio en casa de las tías y que viviera junto a ellas. Mientras tanto su padre, Mariano Morales, y la que sería nuestra bisabuela Magdalena Campusano, criaban a sus otros hijos. A nosotros nos llegó la historia de Amador, mayor que nuestra abuela y que sirvió en el cuerpo de policía que antecedió a carabineros con el grado de teniente.
El terremoto de Vallenar casi termina con la vida de la Tía Ventura. La casa se desplomó y un muro cayó sobre su cama. Sobrevivió porque la pared de adobe quebró los largeros lo que hizo que el respaldo de la cama se uniese con la parte delantera formando un refugio donde quedó encerrada la tía Ventura, con un brazo y una pierna fracturadas, pero viva. La abuela Bertha, una joven profesora entonces, había logrado salir de la habitación. En la oscuridad logró encender unos papeles y armar una fogata para iluminar el sitio. Llamó la atención de un policía que circulaba por ahí y entre ambos rescataron a la tía desde los escombros.
Esta historia, unida a otras que le tocó vivir en el terremoto impactaron de tal forma en nuestras aterrorizadas mentes que, siendo niños, e incluso algunos hoy, al primer sacudón de la tierra, salíamos corriendo sin medir consecuencias. Anécdotas hay muchas que hoy nos hacen reir y que dan tema para otro trozo de historia.

domingo, 22 de julio de 2007

Ovalle 1920


Aquí comenzó nuestra historia cercana, aquella de la cual hemos sido parte. Ovalle, en 1920 cuando se acercaba a cumplir un siglo de vida.

La ciudad que vió crecer a nuestra familia fue fundada debido a la "incapacidad que existía de gobernar adecuadamente, desde La Serena, el amplio territorio comprendido entre el Choapa y el límite norte del país, la Asamblea Provincial de Coquimbo, presidida en 1831 por don Jorge Edwards, decide crear una villa en el valle del Limarí, donde se asentaran autoridades que promovieran el progreso de este abandonado sector.

Dicha población debía ubicarse en algún punto equidistante entre Combarbalá y La Serena y entre al cordillera y el mar. Tras descartarse la aldea de Sotaquí y el fundo de Limarí, se optó por los terrenos ofrecidos por doña Micaela Campos, en el sector de Tuquí.

La decisión de fundar la villa en dicho lugar y de llamarla en honor al recientemente fallecido vicepresidente de la República, don José Tomás Ovalle Bezanilla, se tomó el 21 de abril de 1831 y el decreto de fundación se firmó al día siguiente."(www.ovallito.cl/node/14)

En esta ciudad nacieron nuestros padres y la mayoría de nosotros, siete hermanos y una hermana. En 1920, nuestro abuelo Manuel de 26 años ya vivía allí dedicándose al comercio. De su familia tenemos el recuerdo directo de nuestra bisabuela Filomena a quien algunos llegamos a conocer antes que muriera a los 105 años- En cuanto a nuestra abuela Bertha, a sus 25 años, se desempeñaba como profesora en Vallenar, donde vivía junto a sus tías Ventura y Felicia. Después del terremoto que asoló esa ciudad en 1922, ellas emigrarían a Ovalle, donde nuestros abuelos se conocieron. El 31 de diciembre de 1924 ambos se casarían en la Iglesia del Corazón de María, dando origen a la familia de donde viene María Albertina, nuestra mamá.